CONVIVENCIA EN UN BARCO

COEXISTENCIA. Cómo interactuamos con otros y otros con nosotros durante
días de crucero será el factor que haga del viaje una experiencia celestial o infernal.
Debemos tener en cuenta que las condiciones no son las adecuadas para facilitar una
buena relación entre la tripulación:

• Pequenos espacios. No es fácil evitar a los demás.
• Movimiento.
• Entorno muy diferente a nuestro entorno normal.
• Tareas a realizar.
• Posible mal tiempo, que genera miedo, mal humor, malestar…
• Idiosincrasia personal.
• Baños que requieren atención y que no siempre están en un estado como
  para pasar una auditoría.
• Gente con picazón, “entérate”, “diosas” y “dioses” y otra fauna molesta
• Roncadores muy profesionales.
  Y todo esto en 40 m2 durante varios días, rodeados de agua por todos lados. Demasiado fácil
  que pueden surgir desacuerdos y, por lo tanto, hay que tener mucho cuidado de cortarlos de raíz desde
  su apariencia.
  Fundamental es que haya un patrón. Puede ser contratado o ser miembro del grupo,
  que tiene una experiencia superior a los demás en el tema náutico.
  Debe haber un acuerdo por parte de todos para aceptar y obedecer sus decisiones en todo lo que
  que puedan afectar a la seguridad del buque y de su tripulación durante la navegación. Si no, el
  barco, puede convertirse en un galimatías insoportable. Si hay más de un patrón, sucede lo mismo.
  que en política hay un gobierno y una oposición, que discuten permanentemente
  bagatelas
  En la sociedad actual estamos bastante mal acostumbrados a querer imponer nuestro santo
  voluntad a los demás, al grito de “pa chulo mi pirulo”. Además, en cada grupo siempre hay un
  sabelotodo que trata de alejarse de cualquier actividad desagradable como limpiar, fregar…etc.
  Estas son cosas a tener en cuenta antes de tomar la decisión de pasar tus vacaciones en un crucero.
  Tienes que elegir a tus compañeros de viaje con mucho cuidado.
  Las personas con las que tienes una gran relación en tierra pueden convertirse en una pesadilla.
  hojeada.
  Una especie muy destructiva es la “hermosa funcionaria”. Trae un equipaje para andar
  al mundo, invadiendo varios armarios. Ocupa los baños indefinidamente, pasa el
  depósitos de agua dulce e incluso botellas de agua mineral para eliminar hasta el último microgramo
  de sal de su cuerpo y cabello sedoso y deja el bote lleno de cabello y claro siempre se esta quejando
  de todo.

No menos peligroso, aunque de forma diferente, es lo que los franceses llaman el “pequeño bastardo”, o
“Niño hiperactivo”, (es decir, lo que antes se llamaba simplemente maleducado). Se mueve por todas partes
barco, tocando todo lo que no debe, tirando todo lo que mancha y siempre tratando de estar en el peor lugar
en el peor momento, ante la pasividad de sus padres que, en el fondo, están encantados de que
hay más gente y así toca “menos niño”. Esta peligrosa especie debe ser controlada desde el
primer momento, ya que además de la incomodidad puede ocasionar accidentes graves.
Pero no te desanimes. A pesar de todo, puedes pasarlo muy bien, si sigues las
siguientes puntos:
– Establecer turnos rotativos para las diferentes tareas, cocinar, fregar y limpiar y no
aceptar que nadie se los salta, empezando por uno mismo.
– Si es necesario realizar guardias, establecer turnos de guardias de navegación, procurando
crear equipos para que los que más saben se mezclen con los que menos idea tienen. En
condiciones normales, turnos de dos personas durante 3 horas
– Siempre siga las instrucciones del empleador o de la persona que realiza esta función.
– Evitar la creación de bandas. No chismes sobre los demás.
– No seas reactivo en las respuestas. Si algo de otro te ha molestado, trata de decirlo cuando el
la tensión ha pasado y si puede ser de forma humorística. Se trata de hacerle ver que ha dicho o ha
hecho algo malo o que te ha molestado, (posiblemente sin darte cuenta), no
maldecirlo públicamente.
El “carácter fuerte” no se manifiesta por tener “pronto” descontrol, que generan
enemistades duraderas, si no en el control del "yo ultrajado"
– Trate de no gritar para ordenar una maniobra.
– Salvo que exista absoluta homogeneidad en cuanto a opiniones políticas y religiosas,
no menciones estas cosas. Desafortunadamente, en estos temas que podrían clasificarse como
“discutible” en lugar de presentar nuestro punto de vista, nos hemos acostumbrado, gracias a la
ejemplo de nuestros impresentables políticos, para imponer nuestra opinión y aplastar a los que
No piensa exactamente lo mismo que nosotros. Así se generan las grandes enemistades en las pequeñas
espacio, mala combinación.
– Si hay un espécimen que ronca en el equipo (hay más que perros descalzos), asuma que
el mundo no es perfecto y poniéndote tapones de cera en los oídos. Matarlo todavía está embrujado
por la ley
– Salir de los baños después de usarlos mejor de lo que estaban, (siempre, lamentablemente,
posible).
– Entiende que estás en un barco, no en el Hilton.
– Si no está seguro de no marearse, tome medidas preventivas a tiempo
oportuno.